Alla Kostromichova nació en Ucrania y es una de las modelos que más impactó por su rostro de duras facciones. Entre sus trabajos, destaca ser imagen de Bottega Veneta (otoño-invierno 2010-2011)..
Galardona con el premio L’Oréal a la ‘mejor modelo’ de la 58ª edición de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid (septiembre 2013).
Sobre la pasarela su elegancia es indiscutible, su cuerpo es perfecto y su rostro, inexpresivo. En ocasiones, demasiado serio. La ucraniana Alla Kostromichova , Premio L’Oréal a la mejor modelo en la 58º edición de Mercedes-Benz Fashion Week, sonrío por primera vez sobre la pasarela madrileña y a la que ha sido fiel durante las seis últimas ediciones.
Kostromichova, con unas medidas de 83-60-90 y una estatura de 1,78 m., nunca antes había ganado un premio. Recién aterrizada de Nueva York, ciudad en la que reside y trabaja, la modelo participó en muchos de los desfiles de Madrid (Rabaneda, Etxeberría, María Escoté, Carlos Díez..) y partió hacia París para participar en la semana de la moda parisina.
Los que no nos habíamos fijado en ella más allá de las pasarelas, nos sorprende su expresividad en los reportajes editoriales y catálogos, así como en su cercanía y sonrisa contagiosa a la hora de hacerle la entrevista. Una de sus versiones más dramáticas ha sido al interpretar el papel de viuda griega para el fotógrafo Fabio Raineri para Muse.
La trayectoria de Kostromichova es dilatada. Lleva más de 11 ediciones en sobre la pasarela de Nueva York y ha trabajado para firmas como Valentino, Hermés, Christian Dior, Stéphane Rolland, Dolce & Gabbana y Emilio Pucci.
Tras cinco años de vida frenética, la joven ahora se permite bajar el ritmo y colaborar, sobre todo, con sus diseñadores favoritos como Hervé Leger y Dennis Basso. Alla K, tal y como se la conoce en Madrid tiene muy claros sus objetivos: “Para mi el dinero no es lo más importante”, asegura. Alla considera que ser modelo es una plataforma para poder hacer algo más grande en un futuro. “Como modelo se hacen muchos contacto y quiero conocer el negocio de la moda por dentro”. Y para conseguirlo, Alla ha trabajado durante tres meses en la casa Givenchy viendo cómo se hace una colección de principio a fin.
Pero Kostromichova no vive tan desconectada como parece en backstage de Ifema.Entre maquillaje, pruebas de vestuario y ensayos, ella recibe las vibraciones del mercado de la moda español. “Lo que me más gusta de los diseñadores españoles es quieren gustar y defiende su propio estilo. Son muy originales y tienen su propio temperamento, pero por desgracia si quieren salir al mercado internacional tienen que seguir las reglas que éste les impone”, asegura Kostromichova cuando se le pregunta por los creadores españoles, y añade: “Tenéis diseñadores excelentes que pueden gustar en Nueva York como Etxeberría o Davidelfín con un público que anima y entiende sus propuestas. Pero, para triunfar en el mercado internacional no solo vale con hacer y presentar una colección, se necesita además un trabajo de marketing detrás muy fuerte y es necesario que encuentren el equipo adecuado para que su ropa se venda”.
Alla kostromichova
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